Decidí, sin saber que lo había decidido, que el instinto debía imponerse sobre cualquier otra forma de mediación. Era el instinto quien determinaría la forma. Aún ahora, en este momento, me debato con ese emisario de la realidad que es la forma. Uno, de eso soy consciente, no busca la forma, sino que se abre a ella, la espera, la acepta, la combate. Y, entonces, siempre es la forma la que vence. Cuando no es así el texto tiene algo de podrido.
S. Pitol