Escribir novelas es la asunción de una anomalía. Publicarlas es el
intento de imponer a otros esa anomalía. El novelista tiene la visión
deformada, también la lengua, quizá el gusto. Pero no es sólo eso: se ha
dicho muchas veces que quien vive no escribe, quien escribe no vive.
Creo más bien que quien escribe lleva a cabo continuamente una selección
de la vida. Elige lo que le interesa vivir, y por tanto elige su propia
muerte.
J.Marías
J.Marías