Desde luego, se trata en parte de una consecuencia de la profesión. Si trabajas en la banca o si pilotas una aeronave, sabes que, después de haber adquirido un grado sustancial de pericia, tienes más o menos garantizado un beneficio o un aterrizaje seguro, mientras que en el ámbito de la escritura lo que acumulas no es pericia, sino incertidumbres, que constituyen pura y simplemente otra forma de llamar el oficio.
J. Brodsky